El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8.5 grados en la escala de Richter sacudió la ciudad de México, con una fuerte réplica el día 20. Los daños materiales fueron masivos, y aunque los cálculos oficiales hablan de unos pocos miles de muertos (5 a 10 mil), la opinión pública consideró que la cifra podría haber rebasado los 40,000. La reacción inicial del gobierno fue muy lenta e inadecuada, lo cual hizo que fuera la población la que tomara el liderazgo y la organización de las labores de rescate de víctimas y cuerpos de entre los escombros. Tanto las declaraciones del Presidente De la Madrid señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no permitir que el Ejército colaborara con la población en las labores de rescate durante las primeras horas posteriores al terremoto le valieron severas críticas a esta administración
En 1988 su gobierno protagonizó el mayor escándalo electoral del país. El 3 de julio, durante las elecciones presidenciales, el candidato de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas, aventajaba ampliamente a sus rivales Manuel Clouthier (PAN) y Carlos Salinas de Gortari (PRI). Por motivos que aún se desconocen el sistema electoral de cómputo se detuvo. La secretaría de Gobernación, que entonces organizaba la elección, señaló que: el sistema se había caído. Finalmente, el candidato priista fue declarado ganador.
De la Madrid llegó al poder en una de las épocas más difíciles del país, mucho debido a su antecesor José López Portillo, quien nacionalizó la banca tres meses antes de salir del poder tras dos sexenios de gastos excesivos. Como resultado, la inflación subió a un promedio de 100% cada año, el empleo informal creció a 20% entre 1983 y 1985 y hubo caídas drásticas en producción, sobre todo en industrias gubernamentales, ya para ahí entonces anticuadas, crecimiento del PIB fue erróneo con altibajos y disminuyó el poder adquisitivo. Para resolver tales problemas, emprendió la Renovación Moral de la sociedad, elaboró un Plan Global de Desarrollo, estableció a nivel constitucional un sistema de planeación democrática y más importante, inició con la apertura económica, la desregulación y descentralización así como la privatización de empresas estatales, algo que seguiría bajo su sucesor; durante su administración, el número de paraestatales se redujo de 1155 en 1982 a 413 en 1988. Ante la severa crisis económica (donde se alcanzó el 3,100 por ciento de devaluación del peso), se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los diversos sectores sociales, mediante los cuales el gobierno subsidiaba parte de los precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometían a no aumentarlos. En Enero de 1986, aprox. 3 años de negociaciones, México logra ser admitido al Gatt, siendo el punto más fuerte de esta administración.
Narcotráfico en México.
En 1982, varios miembros del régimen castrista comunista cubano fueron sentenciados en Estados Unidos acusados de narcotráfico desde México.
En 1983 fue apresado por el gobierno del ex-presidente Miguel de la Madrid quien fincó su relación con el narcotráfico, esto como parte de sus promesas de compaña para presidente en el que cambiaría al país erradicando la corrupción con su "renovación moral".
Las confrontaciones entre cárteles rivales empezaron de lleno después del arresto de Ángel Félix Gallardo en 1989, quien controlaba el negocio de la cocaína en México.
Desde 1987, informaciones de inteligencia de la CIA de Estados Unidos tenía sospechas de que el candidato presidencial por el PRI, Carlos Salinas de Gortari tenía junto con su hermano Raúl, vínculos con narcotraficante, en particular con el Cartel del Golfo y Juan García Abrego además de que, posiblemente Carlos Salinas había ganado la presidencia mediante un mega fraude, pero sólo quedó en presunciones que jamás pudieron ser aprobadas por el ocultamiento de información apoyado por ex presidente Miguel de la Madrid.
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